Conocimiento e Investigación Científica
Normalmente Conocimiento e Investigación marchan de la mano;
sin embargo, ¿por qué ambos conceptos están tan ligados entre sí?
Intuitivamente, no es extraño que se asocie a la investigación con el
descubrimiento de algo, pero ¿qué es ese algo? Simplemente: Conocimiento. Entonces,
la Investigación genera Conocimiento.
Fidias Arias, en su libro “El Proyecto de Investigación”,
define al Conocimiento como la relación entre un sujeto que conoce y que es
capaz de percibir con sus sentidos, un objeto conocido o percibido. Por lo
tanto, si el objeto existe, el sujeto relaciona su capacidad de percibir la
realidad, es decir, las propiedades del objeto, para llegar al conocimiento.
Pero desde el punto de vista científico, y en lo referente a
conocimiento, hay que distinguir entre Gnoseología y Epistemología. La Gnoselogía tratará del estudio del conocimiento en general, por lo tanto, uno de sus
principales focos es la manera cómo ocurre la aproximación al conocimiento.
Esto es de gran importancia en el proceso de investigación, en tanto y en
cuanto proceso de descubrimiento del conocimiento. Es por ello que la
investigación no puede despegarse de la gnoseología.
Un ejemplo de la aplicación gnoseológica es el estudio del Constructivismo,
el cual representa una postura filosófica mediante la cual el sujeto de la
investigación construye una representación de la realidad, es decir, del objeto
de la investigación, mediante la interacción entre ambos. En este sentido, no
sólo la experiencia permite al sujeto, el investigador, crear el conocimiento,
sino que se enriquece mediante la vivencia que el sujeto experimenta en su
interacción con ese objeto. El sujeto está inmerso en el proceso, por lo que va
mucho más allá de ser un simple observador, en contraposición con el Positivismo.
Esto ha constituido un análisis gnoseológico.
En esta formación general del conocimiento, el sujeto o
investigador se enfrentará con conceptos, definiciones y términos concretados,
en una palabra. Aquí, la palabra en sí es la transportadora de todo un
conocimiento que llevó a su definición en su origen primigenio. Y es por ello
que, a través de la Etimología, el investigador se sumergirá en el
entendimiento de los orígenes de las palabras que marquen un hito en su
investigación, logrando una mayor comprensión de los objetos, en relación con
los términos que se le asocian.
Por ejemplo, ¿qué tal fue la aproximación a conocimiento e
investigación partiendo de la etimología de esta última? Investigación proviene
del latín in (en) y vestigare (hallar, inquirir, indagar, seguir
vestigios). De ahí el uso más elemental del
término en el sentido de "averiguar o describir alguna cosa": nuestra
primera aproximación.
Nótese que la gnoseología no distingue entre el conocimiento
específico en sí, y sus posturas filosóficas aplican cualquiera sea la ciencia
o proceso investigativo. La especificidad del conocimiento, entre otras, será
importante para la Epistemología.
Epistemología proviene del griego episteme “conocimiento” y logia
“estudio”. Pero el sentido de conocimiento en este caso es distinto a gnosis. Para Platón, la episteme es
verdadero conocimiento, que solo puede ser conocimiento de lo inmutable, de la
verdadera realidad, de las Ideas, en oposición a la “doxa”, a la “opinión”, al conocimiento de la realidad sensorial.
Sin embargo, para Aristóteles, episteme es conocimiento obtenido a través de la
demostración, lo que le haría repetible. La combinación de ambos conceptos ha
llevado a traducir episteme como ciencia, por lo que Epistemología sería el Estudio
de la Ciencia, en tanto y en cuanto conocimiento.
En este sentido, la Epistemología aparece estrechamente
relacionada con la Investigación Científica, puesto que siendo así, estudiaría
la naturaleza y los métodos del conocimiento científico. Por lo tanto, el punto
de vista epistemológico estará relacionado con aquellas teorías científicas ya
probadas y repetibles, que en su momento llevaron a descubrir un conocimiento
en particular. Por lo tanto, cuando las verdades (producto de las ideas
inmutables) tienen su coincidencia con creencias (que serán las representaciones
de la realidad, en tanto son percibidas sensorialmente por los sujetos), allí
se encuentran para obtener conocimiento en el sentido epistemológico, es decir,
ciencia.
Pero esa teoría nos llevará a la identificación de las
maneras de hacer las cosas, el Método, que, en el caso del método científico,
garantizará, entre otras, la repetitividad de los resultados demostrados por la
teoría.
Estos planteamientos van a tener un papel importante para el
investigador puesto que, independientemente del paradigma investigativo que
escoja, es muy probable que tenga que pasearse por al menos tres preguntas: (1)
¿Cuál es la forma y naturaleza de la realidad? (2) ¿Cuál es la naturaleza de la
relación entre el conocedor y aquello que puede ser conocido? Y (3) ¿Cómo se
puede descubrir aquello que se cree puede ser conocido? A estas alturas,
parecería claro que la última pregunta es de naturaleza metodológica, la
segunda es epistemológica, y ¿la primera? Esa será la postura Ontológica.
La posición ontológica del investigador está asociada a lo
que él cree, en su conocimiento y experiencia propia, independientemente de
otras teorías y conceptos. Es la posición del investigador desde su ser y, por
lo tanto, es la posición del investigador en cuanto a su percepción de la
realidad, con base en su propia historia, experiencia y cúmulos propios.
Y dado que la ciencia al final del día busca la mayor
objetividad posible, evitando juicios subjetivos que generen dialécticas
improductivas, es necesario entonces promover valoraciones de forma científica,
a lo que se aboca la Axiología. Pero, ¿por qué la investigación científica hace
uso de la axiología? Principalmente para minimizar lo subjetivo (aquello que
depende exclusivamente del individuo, que limita entonces el consenso universal
y que, por lo tanto, puede llevar a equivocación) en aras de lo objetivo (las
opiniones que tienen los sujetos acerca de los objetos, pero que hablan de una
propiedad específica y no de la percepción del sujeto sobre el objeto).
Veamos por ejemplo la oración: “El agua está fría”. Aunque
parezca una opinión objetiva puesto que habla del objeto (agua), podemos
entender intuitivamente que no lo es, y ello es debido a que no está claro qué
representa frio. Esta es una trampa, puesto que en realidad la oración está planteada
desde la perspectiva de lo que el sujeto percibe del objeto. Sin embargo, “El
agua está a 5 Grados Centígrados” es una oración objetiva, es más, es
científicamente objetiva, porque, basta con medir la temperatura del agua para
evitar cualquier tipo de discusión.
Lo axiológico tendrá suma relevancia ante lo ontológico,
puesto que la axiología, es decir, la acción de valorar, le dará a lo ontológico
una aproximación más objetiva, aun considerando que el investigador emitirá sus
juicios producto de la observación de la realidad.
A manera de conclusión, la investigación científica
contempla las posturas filosóficas presentadas (gnoseología, epistemología,
etimología, ontología y axiología) desarrollándose con flexibilidad en la
identificación de soluciones y teorías ; sin embargo, estas posturas
filosóficas dotan al investigador de un marco de criterios que debe tener
presente: la credibilidad, honestidad , originalidad, rigurosidad, entre otros
valores importantes dentro de su investigación, y enfoque axiológico presente
en la misma para su elaboración.
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