Disruptiva y Creatividad
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No cabe duda que los escenarios habilitados por tecnologías disruptivas son una muestra de la creatividad humana. Gracias a las facilidades que día a día se van poniendo al alcance de más y más personas, se están logrando cambios impactantes en nuestra sociedad.
Tal es el caso
documentado en el artículo “Una nueva tecnología permite a los parapléjicos volver a andar” publicado en el portal de Tendencias21, donde se reporta los
resultados de una investigación realizada en Suiza, que ha permitido que tres
sujetos parapléjicos hayan podido caminar nuevamente. La investigación comenta
acerca de los resultados obtenidos sobre tres pacientes parapléjicos crónicos
gracias a la estimulación eléctrica precisa de la médula espinal lumbar a través
de un implante inalámbrico, con terapia asistida por peso. Esto se logra
mediante la imitación de las señales que emite el cerebro a la médula para
caminar, luego de colocar y calibrar una serie de nodos colocados en la médula
espinal del paciente. Estos resultados han sido tan asombrosos que los
pacientes lograron sus primeros pasos a la semana de la calibración y el control
muscular mejoró sensiblemente en un plazo de cinco meses.
Esta es una
propuesta de neurotecnología desarrollada incluso para ser aplicada en otros
casos y en momentos más cercanos a la incidencia en el paciente, lo cual, en opinión de los
investigadores, mostraría mejores y más rápidos resultados.
Pero, ¿las
tecnologías disruptivas están sólo al alcance de los científicos y los centros
avanzados de investigación? Realmente, no es el caso. Y ello debido a que el
impacto social se expresa en cualquier dimensión.
Tal es el caso
que documenta el artículo publicado en El Tiempo “¿Puede ser la creatividad la base de la prosperidad en América Latina?”, donde es comentan diferentes
escenarios propios de nuestra geografía, donde la creatividad, muy alineada con
nuestra idiosincrasia, está generando resultados innegables.
La geografía
latinoamericana es el sincretismo de tantas culturas y tradiciones que, sin duda,
es un crisol para la innovación y la creatividad. Las actividades tradicionales
enfocadas en la explotación de los recursos naturales, como pueden ser la
agricultura y la producción de bienes directos, está desplazándose a tareas
urbanas muy propias del siglo XXI.
Esta
circunstancia también es producto del crecimiento de importantes centros
urbanos en la región, muchos contados entre los más grandes del planeta, como
pueden ser Ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá. Nuestros países de la
región están apalancándose en sus propias distinciones, como es el caso del
Carnaval en Barranquilla, o la creación directa de Parques Tecnológicos, para
favorecer el emprendimiento, apoyado en instituciones como el Banco
Interamericano de Desarrollo, a través del Fomin, su laboratorio de innovación.
La disrupción precisamente
logra estos grandes efectos en todos nosotros y estas experiencias además se
alinean con las ideas de Klaus Shwab expresadas en su libro “La CuartaRevolución Industrial” en cuanto al cultivo de cuatro tipos de inteligencia,
como factor clave de éxito en el aprovechamiento positivo del potencial de la
disrupción.
En primer lugar,
hay un factor Contextual que nos lleva a ver cómo entendemos y aplicamos
nuestros conocimientos, entendiendo el ambiente en donde nos desenvolvemos con
sus tendencias específicas, para sacar el mayor provecho de las situaciones. Ya
sea identificando soluciones de alta tecnología para resolver grandes
problemas, o entendiendo las capacidades de nuestra idiosincrasia y
territorialidad, podemos apalancar cambios disruptivos en la sociedad.
En segundo lugar,
entrarán en juego las Emociones, en nuestra capacidad de relacionarnos con nosotros
mismos y con los demás. Este es un factor que nos ayuda a gestionar más
eficientemente los cambios que como líderes queremos lograr. Nada que sea
disruptivo es fácil, pues en su propia naturaleza, afecta el status quo; por
ello, la inteligencia emocional es altamente necesaria para gestionar situaciones
disruptivas.
Luego está la
Inspiración, como fuente de propósito ecológico que permita alcanzar cambios y
actuar en pro del bien común. La continua búsqueda de significado se concentra
en hacer crecer la creatividad y elevar la calidad humana, basada en un
sentimiento compartido de destino. Este ingrediente va más allá del bien común,
para agregar moral y sostenibilidad, compartiendo logros. Y gracias a esta
conducta es que podemos generar confianza, en medio de un mundo donde lo único
constante es el cambio.
Finalmente, lo Físico, el
cultivo de nuestra salud y bienestar, así como la de los que nos rodean, para asegurar
la energía necesaria para nuestra propia transformación y la de los sistemas en
que nos desenvolvemos.
Debemos promover una educación que prepare a la gente a asumir el liderazgo que demandan los tiempos que corren con mayor eficiencia. Debemos promover espacios para el crecimiento en lo digital y, más aún, en lo disruptivo. Y debemos apuntalar entonces las inteligencias que han de crecer para ser exitosos ante esas nuevas demandas.
Lo que hagamos
está realmente en nuestras manos, pero, elevando nuestro nivel de conciencia
estaremos en capacidad de pre-crear esa realidad, ecológica y de bienestar,
para nosotros, nuestra sociedad, y globalmente, la humanidad.
Y tú, ¿qué opinas? Además de las cuatro inteligencias, ¿agregarías otras capacidades a desarrollar en el enriquecimiento del ser como individuo humano, solidario y armónico?
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