Disruptiva y Creatividad

Foto original de RhondaK Native Florida Folk Artist en Unsplash

No cabe duda que los escenarios habilitados por tecnologías disruptivas son una muestra de la creatividad humana. Gracias a las facilidades que día a día se van poniendo al alcance de más y más personas, se están logrando cambios impactantes en nuestra sociedad.


Tal es el caso documentado en el artículo “Una nueva tecnología permite a los parapléjicos volver a andar” publicado en el portal de Tendencias21, donde se reporta los resultados de una investigación realizada en Suiza, que ha permitido que tres sujetos parapléjicos hayan podido caminar nuevamente. La investigación comenta acerca de los resultados obtenidos sobre tres pacientes parapléjicos crónicos gracias a la estimulación eléctrica precisa de la médula espinal lumbar a través de un implante inalámbrico, con terapia asistida por peso. Esto se logra mediante la imitación de las señales que emite el cerebro a la médula para caminar, luego de colocar y calibrar una serie de nodos colocados en la médula espinal del paciente. Estos resultados han sido tan asombrosos que los pacientes lograron sus primeros pasos a la semana de la calibración y el control muscular mejoró sensiblemente en un plazo de cinco meses.

Esta es una propuesta de neurotecnología desarrollada incluso para ser aplicada en otros casos y en momentos más cercanos a la incidencia en el paciente, lo cual, en opinión de los investigadores, mostraría mejores y más rápidos resultados.

Pero, ¿las tecnologías disruptivas están sólo al alcance de los científicos y los centros avanzados de investigación? Realmente, no es el caso. Y ello debido a que el impacto social se expresa en cualquier dimensión.

Tal es el caso que documenta el artículo publicado en El Tiempo “¿Puede ser la creatividad la base de la prosperidad en América Latina?”, donde es comentan diferentes escenarios propios de nuestra geografía, donde la creatividad, muy alineada con nuestra idiosincrasia, está generando resultados innegables.

La geografía latinoamericana es el sincretismo de tantas culturas y tradiciones que, sin duda, es un crisol para la innovación y la creatividad. Las actividades tradicionales enfocadas en la explotación de los recursos naturales, como pueden ser la agricultura y la producción de bienes directos, está desplazándose a tareas urbanas muy propias del siglo XXI.

Esta circunstancia también es producto del crecimiento de importantes centros urbanos en la región, muchos contados entre los más grandes del planeta, como pueden ser Ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá. Nuestros países de la región están apalancándose en sus propias distinciones, como es el caso del Carnaval en Barranquilla, o la creación directa de Parques Tecnológicos, para favorecer el emprendimiento, apoyado en instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, a través del Fomin, su laboratorio de innovación.

La disrupción precisamente logra estos grandes efectos en todos nosotros y estas experiencias además se alinean con las ideas de Klaus Shwab expresadas en su libro “La CuartaRevolución Industrial” en cuanto al cultivo de cuatro tipos de inteligencia, como factor clave de éxito en el aprovechamiento positivo del potencial de la disrupción.

En primer lugar, hay un factor Contextual que nos lleva a ver cómo entendemos y aplicamos nuestros conocimientos, entendiendo el ambiente en donde nos desenvolvemos con sus tendencias específicas, para sacar el mayor provecho de las situaciones. Ya sea identificando soluciones de alta tecnología para resolver grandes problemas, o entendiendo las capacidades de nuestra idiosincrasia y territorialidad, podemos apalancar cambios disruptivos en la sociedad.

En segundo lugar, entrarán en juego las Emociones, en nuestra capacidad de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Este es un factor que nos ayuda a gestionar más eficientemente los cambios que como líderes queremos lograr. Nada que sea disruptivo es fácil, pues en su propia naturaleza, afecta el status quo; por ello, la inteligencia emocional es altamente necesaria para gestionar situaciones disruptivas.

Luego está la Inspiración, como fuente de propósito ecológico que permita alcanzar cambios y actuar en pro del bien común. La continua búsqueda de significado se concentra en hacer crecer la creatividad y elevar la calidad humana, basada en un sentimiento compartido de destino. Este ingrediente va más allá del bien común, para agregar moral y sostenibilidad, compartiendo logros. Y gracias a esta conducta es que podemos generar confianza, en medio de un mundo donde lo único constante es el cambio.

Finalmente, lo Físico, el cultivo de nuestra salud y bienestar, así como la de los que nos rodean, para asegurar la energía necesaria para nuestra propia transformación y la de los sistemas en que nos desenvolvemos.


Debemos promover una educación que prepare a la gente a asumir el liderazgo que demandan los tiempos que corren con mayor eficiencia. Debemos promover espacios para el crecimiento en lo digital y, más aún, en lo disruptivo. Y debemos apuntalar entonces las inteligencias que han de crecer para ser exitosos ante esas nuevas demandas.


Lo que hagamos está realmente en nuestras manos, pero, elevando nuestro nivel de conciencia estaremos en capacidad de pre-crear esa realidad, ecológica y de bienestar, para nosotros, nuestra sociedad, y globalmente, la humanidad.

Y tú, ¿qué opinas? Además de las cuatro inteligencias, ¿agregarías otras capacidades a desarrollar en el enriquecimiento del ser como individuo humano, solidario y armónico? 

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